El Design Thinking es un enfoque de resolución de problemas centrado en el usuario que se basa en la empatía, la colaboración y la creatividad. Fue desarrollado por primera vez por la firma de diseño IDEO y se ha convertido en una metodología popular utilizada en empresas y organizaciones de todo el mundo.
El Design Thinking se centra en entender a fondo las necesidades, deseos y limitaciones de los usuarios finales para desarrollar soluciones que satisfagan sus necesidades de manera efectiva y atractiva. A menudo se utiliza en el diseño de productos, servicios y experiencias de usuario.
El proceso del Design Thinking se divide típicamente en cinco etapas:
Empatizar: comprender las necesidades y deseos del usuario a través de la observación, entrevistas y otros métodos de investigación.
Definir: definir el problema que se está intentando resolver a partir de la información recopilada en la etapa de empatía.
Idear: generar una amplia gama de soluciones creativas para el problema a través de lluvias de ideas y otras técnicas de generación de ideas.
Prototipar: crear prototipos de las soluciones más prometedoras y probarlas con los usuarios para obtener comentarios y retroalimentación.
Testear: evaluar el éxito de las soluciones probando los prototipos con los usuarios finales y ajustándolos según sea necesario.
El Design Thinking fomenta un enfoque iterativo, en el que se prueban y ajustan constantemente las soluciones para mejorar su efectividad. Esta metodología se ha utilizado con éxito en una amplia gama de industrias, desde el diseño de productos hasta la innovación empresarial y la solución de problemas complejos.
Es un método para generar ideas innovadoras que centra su eficacia en entender y dar solución a las necesidades reales de los usuarios. Proviene de la forma en la que trabajan los diseñadores de producto. De ahí su nombre, que en español se traduce de forma literal como «Pensamiento de Diseño», aunque nosotros preferimos hacerlo como «La forma en la que piensan los diseñadores».
Se empezó a desarrollar de forma teórica en la Universidad de Stanford en California, EEUU a partir de los años 70, y su primera aplicabilidad con fines lucrativos como «Design Thinking» la llevó a cabo la consultoría de diseño IDEO, siendo hoy en día su principal precursora.
Según Tim Brown, actual CEO de IDEO, el Design Thinking «Es una disciplina que usa la sensibilidad y métodos de los diseñadores para hacer coincidir las necesidades de las personas con lo que es tecnológicamente factible y con lo que una estrategia viable de negocios puede convertir en valor para el cliente, así como en una gran oportunidad para el mercado».
Empresas como Apple, Google, IBM, Nike o Zara lo utilizan. Al ser un gran generador de innovación, se puede aplicar a cualquier campo. Desde el desarrollo de productos o servicios, hasta la mejora de procesos o la definición de modelos de negocio. Su aplicabilidad tiene como límites nuestra propia imaginación.